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FRANCESCO TONUCCI
FRANCESCO TONUCCI
MONTSERRAT ALGUACIL DE NICOLÁS
Colegiada núm. 55
Barcelona, diciembre de 2012
Pedagogo, personaje vital, de un entusiasmo desbordante, de una gran sencillez, un científico del aprendizaje, un artista y sobre todo un educador con mayúsculas que contribuye de forma significativa a dignificar la profesión de pedagogo.
El pasado 25 de octubre de este año 2012, volvió a Barcelona el famoso pedagogo italiano Francesco Tonucci y he pensado en rendirle un pequeño homenaje desde esta tribuna de "Hablemos de Pedagogía”. ¿Por qué motivo? Pues porqué como dice la famosa canción: Se lo merece, se lo merece. En mi opinión, Francesco Tonucci, es un personaje vital, de un entuasiamo desbordante, de una gran sencillez, un científico del aprendizaje, un artista y sobre todo un educador con mayúsculas qe contribuye de forma significativa a dignificar la profesión de pedagogo.
Es dificil definir a Francesco Tonucci o Frato, el sobrenombre que utiliza para firmar sus dibujos, se trata de un pedagogo, de un científico estudioso del aprendizaje infantil, de un crítico educativo y de un dibujante, que tiene una obra dedicada esencialmente a evidenciar las debilidades de la escuela tradicional, pero Tonucci no se queda aquí, no se limita a plasmar de forma lúcida a través de unos dibujos cargados de ternura y de una prosa directa la decadencia de un modelo escolar obsoleto y al margen de las necesidades reales de los niños, sino que propone, proyecta nuevos modelos educativos, que además incorporan la novedad de que se centran no únicamente en la escuela sino que se abren al barrio y al municipio enteros. Toda la comunidad ha de velar para que los niños reciban la educación más significativa y adecuada, hagamos realidad en Europa el dicho popular africano: “Es necesario todo un pueblo para educar a un niño”. Si, efectivamente, el proyecto “ciudad de los niños" nace en Fano (Italia) pero rápidamente se estenderá, como una mancha de aceite a otras ciudades europeas y americanas. En Barcelona, el proyecto educativo de ciudad está inspirado y asesorado por este insigne pedagogo.
Francesco Tonucci se diplomó como profesor en 1958 y, en 1963 se graduó en Pedagogía, en la Universidad Católica de Milán. A los 28 años, recibió su primera distinción en este campo y comenzó a satirizar la realidad de la escuela mediante el pseudónimo "Frato" (unión de la primera sílaba de su nombre y de su apellido Fra-to).
Trabajó como maestro en la escuela primaria y, en 1966, ingresó como investigador en el Instituto Psicológico del Consejo Nacional de Investigación. En 1982 presidió el Departamento de Psicopedagogía.
El interés de sus investigaciones, se centra en el desarrollo cognitivo de los jóvenes, el pensamiento infantil y su comportamiento y la relación entre la cognición de los niños/niñas y la metodología educativa.
En 1991 fue nombrado presidente del "Comité Italiano de Televisión y Menores", dedicado a la protección de los niños. Es colaborador de la “Ciudad de la ciencia de Nápoles" y colaborador científico del proyecto “el museu de los niños y de las niñas de Roma”. Entre los muchos homenajes y honores que ha recibido podemos destacar que es doctor honoris causa por la Universidad Católica de Lima (Perú).
Entre sus obras, destacamos, entre muchas: "Por una escuela alternativa", "Con ojos de niño", "Infante se nace", "Como ser niño", "La ciutad de los niños", "¿Enseñar o aprender?" o "Con ojos de maestro".
Tonucci, analiza la realidad del niño a partir de los detalles de la vida cotidiana. Muy a menudo se sitúa en el lugar de los niños para explicarse, desde esta óptica infantil y aparentemente ingenua, las contradicciones que vive el niño, fruto de unas instituciones educativas (família y escuela) que lo planifican y lo programan, sin dejarlo ser el protagonista. Posee y utiliza un medio extraordinario, el dibujo, para transmitir las críticas surgidas de estas observaciones y vivencias.
La obra literaria y de dibujo de Tonucci, seduce, ha seducido y lo continúa haciendo a todo tipo de público, ya que, explicando que le pasa a un niño-alumno a través del dibujo-historieta o de un texto claro y cercano, todos (profesores, padres, madres, ciudadanos en general, todos, ex-niños, ex-alumnos) nos podemos identificar fácilmente.
Algunas de sus aportaciones más significativas son:
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La escuela ha de reconocer las competencias de los niños. Una concepción muy lejana de algunos planteamientos psicopedagógicos actuales que no recojen los conocimientos del niño, sino que entienden que sus conocimientos van de menos a más y que desde esta perspectiva lo más importante no es el niño de ahora sino el hombre de mañana.
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La necesidad de respetar el juego infantil, como actividad natural del niño y de la niña. Todos los que nos dedicamos de una manera u otra al mundo de la educación, reconocemos la sobrecarga que sufren la gran mayoría de niños de nuestra casa con unos horarios escolares y de actividades extraescolares programadas, más extensos que una jornada laboral.
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La participación infantil, la necesidad de que la voz del niño se sienta reconocida.
Para finalizar, quiero destacar la capacidad que muestra este pedagogo para decir cosas tan importantes y hacer aportaciones tan significativas al mundo de la educación no de una forma solemne y aburrida, sino suscitando una sonrisa en sus lectores. Tal como he señalado al principio, en estos tiempos, marcados por el pesimismo y por el color gris, la lectura de las obras de Frato o Tonucci suponen una ventana abierta, !un rayo de sol!
(*) El artículo puede ser reproducido siempre que se cite la fuente y el autor.
Fecha de publicación: 5/12/2012