Jaume Sarramona "La ortografía no cuenta" EN HABLEMOS SOBRE PEDAGOGÍA

LA ORTOGRAFÍA NO CUENTA

En las instrucciones que ha elaborado el departamento de Educación para la corrección de las llamadas “pruebas de diagnóstico” de 2º de ESO, se dice que “los errores ortográficos y gramaticales no deben tenerse en cuenta, salvo que dificulten seriamente la comprensión de la respuesta”. Este menor énfasis en la ortografía ya ha provocado el rechazo de docentes comprometidos, especialmente de lengua catalana, y resulta lógico que así sea.

Por parte de la administración se ha dicho que las pruebas en cuestión no pretenden evaluar la expresión escrita, sino solo la comprensión. Y la primera pregunta que normalmente surge es el por qué de esta exclusión; ¿la expresión no es parte fundamental del aprendizaje de una lengua? Pero, además, resulta que las pruebas contienen preguntas objetivas, de opción múltiple, y otras abiertas, donde necesariamente entra la capacidad de expresión escrita, dado que no se hacen en formato oral. Por lo tanto, si se evalúa la comprensión mediante pruebas abiertas, forzosamente se debe evaluar la expresión con la que se manifiesta dicha comprensión.

Nos cansamos de decir que el problema del catalán es la falta de uso social (expresión), y resulta que en el mismo sistema educativo parece que esto no se considera prioritario y no se evalúa en las pruebas generales de diagnóstico. El hecho de que sea compleja esta evaluación no puede ser un argumento para dejar de hacerla. Los docentes deben evaluar ordinariamente la expresión escrita y oral. Quiero pensar, además, que en estas pruebas de diagnóstico solo se han admitido respuestas en catalán, excepto en la evaluación de las otras lenguas, claro, porque sino...

Las redes sociales ya han instaurado lenguajes icónicos, abreviaturas y lenguajes propios que atentan contra la expresión oral y escrita correcta y compleja, de modo que a la escuela le toca realizar una labor doblemente ardua para instaurar hábitos de expresión correctos, que no solo lo sean por su formalismo, sino porque son los únicos que permiten pensamientos complejos, con matices, sin simplismos reduccionistas. Un lenguaje rico es la manifestación de un pensamiento también rico.

Por otro lado, la ortografía de una lengua es la herramienta fundamental para garantizar su unidad y supervivencia. Es por ello que las Academias correspondientes establecen normas de corrección; lo hace la Real Academia Española para el castellano y lo hace el Institut d’Estudis Catalans para el catalán. Romper toda normativa de una lengua escrita es condenarla a su desaparición, especialmente cuando es minoritaria en un país, como es nuestro caso, o en el ámbito internacional. Se podría mencionar el caso de Dinamarca, por ejemplo, que exige un alto nivel de conocimiento del danés, tanto de comprensión como de expresión, para acceder a la residencia o a la universidad.

Estas pruebas de 2º de ESO de las que estamos hablando nacieron en 2001 para evaluar el nivel de dominio de las llamadas “competencias básicas”. Ahora no se mencionan estas competencias y solo se habla de evaluar las competencias y los conocimientos (como si fueran cosas diferentes), sin especificar concretamente cuáles son. Sin querer polemizar más al respecto, nos podemos preguntar si un alumno es competente en una lengua si no la sabe escribir correctamente, y si en la evaluación de la competencia lingüística se puede dejar de lado la expresión, oral y escrita, sabiendo que la escrita debe incluir forzosamente la corrección ortográfica.

Fecha de publicación: 5/6/2025