CONDENA A LA AGRESIÓN AL DOCENTE DEL INSTITUTO ESCOLA LA MINA DE SANT ADRIÀ DEL BESÒS

No se puede permitir que los docentes, orientadores y, en general, todo el personal educativo y de atención de los centros trabajen bajo la presión de amenazas y agresiones verbales y, como en este caso, físicas. Vengan de donde vengan, ya sea del alumnado, de las familias o del entorno.

Los maestros, profesorado, profesionales de la pedagogía y la psicología deben poder desarrollar su labor educativa con seguridad y dignidad, y merecen ser respetados como agentes encargados de educar a los niños/as y adolescentes y de velar por su seguridad y bienestar dentro del centro.

Estamos seguros de que en el Departamento de Educación y Formación Profesional es un tema que preocupa y que han puesto —o pondrán— en marcha mecanismos para proteger tanto a docentes, orientadores y personal de atención educativa, como a los alumnos. Pero es necesario que sea un tema urgente en la agenda, y desde el COPEC brindamos todo el apoyo necesario para sumar esfuerzos y ayudar a erradicar la violencia en nuestros centros educativos.

A la vista de las diferentes opiniones que se han visto en los medios de comunicación, como colegio que representa a pedagogos y psicopedagogos clave en el sistema educativo, manifestamos que en los centros no hacen falta nuevas figuras que vengan a “salvar el sistema”. Desde otros colectivos se aprovecha la oportunidad para reclamar que “ellos son la solución”, desmereciendo a los profesionales que están preparados académicamente y con las competencias necesarias para afrontar estas problemáticas y otras que puedan surgir en el sistema educativo, como son los docentes y los profesionales de la pedagogía y la psicología.

¡No nos equivoquemos! Lo que hace falta es aumentar la dotación de maestros y profesores —bajando aún más las ratios— y plantear la co-docencia en aquellos centros educativos donde esta situación de violencia sea cotidiana.

No olvidemos que los pedagogos y pedagogas —junto con los colegas de psicología— apoyan a los equipos docentes y a la dirección para detectar, prevenir y poner en marcha los protocolos y acciones necesarios en relación con el alumnado y las familias, para garantizar la buena convivencia, el bienestar, el proceso de enseñanza y aprendizaje y la seguridad del centro educativo.

No pensamos en “salvadores”, sino que miramos dentro del sistema educativo y aumentamos el número de pedagogos y pedagogas para que puedan —desde infantil, primaria y secundaria— realizar su labor y trabajar conjuntamente con los equipos docentes y la dirección para lograr que los centros educativos sean entornos seguros y libres de violencia.

Fecha de publicación: 30/5/2025